miércoles, 12 de junio de 2013

correos V la institución psicoanalítica

Amigos, comparto con ustedes este comentario sobre las instituciones (ver entrada la institución psicoanalítica). Me lo inspiró por supuesto Foucault, no sólo por ese temple de combate que como saben me cae bien, sino por su recomendación de ocuparnos de lo que nos ocupa. Y en nuestro caso literalmente: de la  ocupación de un espacio que debiera permanecer más bien libre, disponible, un poco más disponible, para que el psicoanálisis respire y hable. Ocuparse de lo local - dice también por ahí - que es lo que nos toca y a la vez nos localiza.

Es también lo que puede descubrirse como  huella de lo que escribe J.Jinkis y que él llama ocuparse de los síntomas del psicoanálisis.  No me  parece que eso sea (o haya resultado) inútil salvo en el sentido precisamente auspicioso de una política que rechaza todo utilitarismo.

No dar consejos al paciente  – como solía decirse – guarda alguna relación con una política en la extensión que señala la dificultad, absteniéndose de hacer “propuestas”. El discurso foucaultiano es una interpelación renovada al lugar del líder, de la  vanguardia, del intelectual, al lugar mismo al que se le reclaman propuestas.

El epígrafe de Foucault puede parecer excesivo tratándose de instituciones psicoanalíticas. Quizás, pero no demasiado.

Un saludo, n

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