domingo, 23 de junio de 2013

correos XVIII arte, teoría, psicoanálisis 2


My Dear J: pocas veces una argumentación aparentemente “en contra” – algunos tramos por lo menos entendí que hacen contrapunto con algunas consideraciones que envié – me parecieron tan  “a favor”.

Por supuesto se trata de puntos de vista, como señala por ahí R. Laing: puntos desde donde se ve. No hay sólo uno, y uno mismo puede ir desplazando su punto de vista o de mira cada vez. No se trata de eclecticismo o tibieza sino de movimiento. Precisamente, de liberarse de la  teoría.

El lenguaje de cada uno – quizás sería más ajustado decir lo que cada uno dice – está ciertamente poblado de  contradicciones flagrantes en el terreno lógico. No me aflige. Al contrario: es por ahí por donde progresan las prácticas: políticas, artísticas, también científicas. Detrás vienen los lógicos – cuando no son dinosaurios del tipo M. Bunge – a intentar escribir una lógica de eso nuevo que salió a la luz.

La dirección de la  cura es precisamente la que el acto de hablar traza (lo digo así porque para mí es importante aquí que el genitivo no oscile) 

La teoría, más que en el resto, la situaría en el lugar de la  escoria – abusando de esa distinción que hace Lacan en el seminario. Me parece un movimiento de sutura de ese des-encuentro que es siempre el “encuentro” del sujeto con lo real. Me resulta, sí, arrogante y ridícula en sus pretensiones. Pero en fin, no voy a insistir en eso.

Pero bueno, coincido absolutamente con lo que decís del trazo, del toque y es una  ilustración realmente  lúcida de  lo que es un  decir! – aclarar que es de cada uno es ya, seguramente una redundancia.  Y nunca estudiaron!! Qué se puede agregar a esto?

Un abrazo, n

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