correo XVII arte teoría psicoanálisis
Me gustó, C., lo del camino estrecho. Es el que vale la pena. Es intentar hablar en el borde donde la palabra emerge, no en la holgura de lo que ya ha sido dicho y aprobado.
De todas
formas sabemos perfectamente que no hacemos más que leer a los que han sabido
sostenerse en esas estrecheces y que por eso mismo fueron ninguneados o
adulterados y desactivados (¿qué será peor?). Eso ya es mucho, demasiado,
para los tiempos que corren y para los lugares que solíamos o
solemos frecuentar, como
le gusta decir a la crónica policial.
Poner la
incomodidad, el malestar, lo espinoso (sigo citándote), negro sobre blanco, es el camino o lo que
puede hacer camino.
Coincido
totalmente con Barthes respecto de las ficciones teóricas, novelas, mitos, etc.
Es que La Teoría es la arrogante. Es pour la gallerie que reconoce su carácter ficcional o de
representación auxiliar. Íntimamente se pretende universal y científica,
muchísimo más que la ciencia misma, absolutamente consciente ésta, de las
condiciones siempre particulares de lo que articula (aún cuando esa
particularidad resulte enorme). Por eso La Teoría puede funcionar políticamente
como funciona.
Lo que La
Teoría no acepta es que haya tantas “representaciones auxiliares”
como practicantes. ¡Así sería imposible entenderse! brama, consciente que eso sería su fin,
como teoría y como política.
Comenté en mi
correo la carta de Winnicott a Melanie Klein. Transcribo algunos tramos porque
están en el meollo de estas cosas. No es casual que sea J. Jinkis el que la
cita en su artículo “Nuestra inclemencia intelectual”,
en “Indagaciones”,
consagrado – diría – a las cuestiones que
estamos discutiendo:
“… puedo advertir lo molesto que resulta,
cuando algo se desarrolla en mí por mi crecimiento y mi experiencia analítica, que
mi deseo sea el de expresarlo en mi propio lenguaje. Es molesto porque yo
supongo que todo el mundo quiere hacer lo mismo cuando sabemos que en una
sociedad científica uno de los objetivos es encontrar un lenguaje común. Sin
embargo, este lenguaje debe mantenerse vivo, ya que no hay nada peor que un
lenguaje muerto… En correspondencia con mi deseo de decir
las cosas a mi modo hay algo de parte suya, a saber, la necesidad de que todo
sea reformulado en sus propios términos… Creo que es muy importante que su obra
sea reenunciada por personas que realicen los descubrimientos a su manera y que
presenten lo que descubren en su propio lenguaje. . Sólo de ese modo se
mantendrá vivo el lenguaje. Pero si usted estipula que en el futuro únicamente
sea su propio lenguaje el que debe ser utilizado para la enunciación de los
descubrimientos de otras personas, el lenguaje se convertirá en un lenguaje
muerto, como ya se convirtió en la Sociedad. Le sorprendería saber cuántos
suspiros y gemidos acompañan toda reenunciación de los clisés sobre los objetos
internos por parte de quienes voy a llamar kleinianos. Sus propias
formulaciones, desde luego, se hallan en una categoría muy distinta, ya que se
trata de su obra personal y a todo el mundo le complace que usted tenga su propia
manera de enunciarla.”
Seguramente
han leído estos tramos y el artículo de Jinkis. Yo volví a leer (el artículo) y
me dí cuenta, C., el “influjo” como diría el viejo
Freud, que tiene no sólo sobre vos sino sobre todos nosotros lo que escribe ese
tipo.
Ahora bien, no
comparto la frase de Schlegel. No
comparto que sea mortal para el espíritu no tener un sistema. Si lo fuera no lo
sería del mismo modo (que “lo mortal” de tenerlo). No me
parece terrible que sea mortal, más bien lo veo promisorio. No creo que sea
posible reunir el no tener un sistema con tenerlo.
Sí, es la
lógica del caldero. Espero poder demostrar (eso dije demostrar; es parte de esa misma lógica no
descartar recurrir a la demostración) que no está por debajo de la lógica
limpia de los lógicos. Dicho todo esto bastante en broma pero un poco en serio.
Quiero decir:
la frase de Schlegel me parece correcta y esa corrección ya muestra la hilacha.
Creo que hoy, y subrayo el hoy, no es lo mejor conciliar con ningún sistema incluidas todas las resonancias que ese
término tiene. Quiero decir que a los sistemas le sobran defensores malgré los
desastres que han ocasionado en el campo de la política y del saber. Hay
una frasecita de Jinkis que me gustó mucho al respecto pero no quiero abusar de
las citas. Preferiría adentrarme en Bataille, y sobre todo en Deleuze y
Klossowski, también en Foucault por supuesto, que me parece que se han metido
de cabeza en esta cuestión. Eso será para la próxima. Queda también la cuestión
del acto y los actos que planteaste, C., y que en distintos momentos apuntó R.
en las reuniones.
Les reitero –
una vez más – lo mucho que me importa esta discusión y
mi deseo de que prosiga. Un abrazo a todos. n
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